La opinión que tienen los clientes de FrostBoss® es lo más importante.

«Aunque son pocos los años que habrían sido una catástrofe sin los ventiladores, son nuestro seguro y además evitan lo que de otro modo sería una pérdida regular de cosechas en los puntos bajos de las tierras onduladas. También hemos observado una mayor consistencia en la cosecha. Los ventiladores FrostBoss® son fáciles de manejar y el apoyo local y el respaldo del servicio técnico son excelentes».

Wairau River Wines cultiva una gran variedad de uvas y exporta el 80 % de sus vinos. Antes de tener los ventiladores de control de heladas, las heladas solían afectarlos. Hubo un año en que solo se obtuvieron 180 toneladas de uva de un bloque que suele generar 2000. «Los dos ventiladores de control de heladas de nuestro bloque más frío de Wairau salvan la cosecha todos los años», afirma Hamish Rose.

«Con una elevación del viñedo de 500 metros sobre el nivel del mar, el ventilador ha funcionado un par de veces durante el verano. Me acuerdo de los días y las horas y el alivio que aportan es patente: se activaron automáticamente a eso de las 6 de la mañana el 21 de febrero y también tras una ligera helada el 19 de diciembre. Habría acumulado unas 20 horas en los últimos 12 meses».

«El paso al cultivo de cítricos lo dimos hace unos diez años y los árboles han estado protegidos por ventiladores FrostBoss® desde que empezamos a producir. A la hora de proteger contra las heladas, prefiero los ventiladores al uso de agua, porque las líneas de aspersores se pueden congelar. Mientras que la fruta de hueso requiere horas de frío invernal para prolongar la latencia, las heladas primaverales causan daños en las flores y los frutos y pueden reducir gravemente la producción. Las frutas de hueso en la fase de pequeños frutos verdes son más susceptibles a los daños por heladas que las flores».

«Antes de tener los ventiladores de control de heladas, a veces utilizábamos helicópteros. Contratar un helicóptero cuesta unos 12 500 dólares; una vez agotados, se paga por horas. Antes de las 16:30 te toca decidir si los llamas para que vengan y los tienes en espera, aunque puede que no llegues a utilizarlos. Ahora que tenemos los ventiladores de control de heladas, no tenemos que tomar esas difíciles decisiones y dormimos mejor».

«Los ventiladores FrostBoss® son un "seguro" imprescindible para nosotros. Utilizamos la opción de monitorización remota, que permite a los productores acceder a la monitorización en tiempo real de los ventiladores en su smartphone, además de alarmas por SMS, datos y gráficos históricos de temperatura, horas de funcionamiento y rendimiento de la máquina. Elegimos FrostBoss® porque se fabrican en Nueva Zelanda. El valor del servicio local de alta calidad fuera de horario es incomparable».

«El valor de las torres proviene de la protección que aportan a nuestras cerezas frente a las heladas en esas fechas. De este modo, incorporamos las torres para asegurar la productividad en la primera parte del año, cuando el riesgo de heladas es mayor».

«Instalamos 2 ventiladores de control de heladas en abril de 2018 en bloques de limones y naranjas navel de 18 meses. En el invierno de 2017, tuvimos muchas heladas fuertes en nuestra zona, con temperaturas que descendieron hasta los 5,5 °C bajo cero. Tuvimos graves daños por heladas en nuestros árboles, y hubo que sustituir algunos de ellos. Así que decidimos instalar 2 ventiladores de control de heladas en esos bloques. En el invierno de 2018, apenas hubo daños en esos bloques donde se instalaron los ventiladores de control de heladas, y tuvimos temperaturas de -6,3 °C. Así que sí, funcionan. Este año, vamos a instalar otros cinco ventiladores de control de heladas».

«El mayor desafío es la "madre naturaleza". Los productores están empezando a apreciar los daños invisibles que pueden causar incluso las heladas ligeras, incluidos los daños a los brotes de fruta en desarrollo. En el caso de los aguacates, los ventiladores de control de heladas son la única opción. El riego solo es bueno hasta los -2 °C, si no, las tuberías pueden congelarse y los árboles pueden partirse por el centro. Asimismo, dada la gran cantidad de horas que hacen falta para proteger de daños por heladas y por frío (que perfectamente pueden superar las 100 horas anuales), los helicópteros serían demasiado caros».